Los padres de Pisco se preparan para asistir a una boda. Su hermana, la pequeña Anita, juega en casa de una vecina, y Pisco queda al cuidado de Margarita, su canguro, con la que sale a dar un paseo. Al pasar por delante de un bar llamado «La cueva del caimán», Pisco siente curiosidad por conocer la historia de ese nombre, y Margarita le cuenta entonces la historia del valeroso Capitán Caimán, un fugitivo acusado de un crimen que no cometió, de su amada Marisa del Cerro y de su archienemigo el Capitán Diente Negro. Estas aventuras dejarán huella en Pisco, que a partir de entonces se convertirá en el Lugarteniente Nadie, el ayudante de su admirado Capitán Caimán.