Caramelo quiere una amiga humana con la que jugar, pero sus padres no quieren ni oír hablar del tema: ¿quién la sacará a pasear? ¿Y quién se ocupará de ella en vacaciones? Caramelo decide pedirle ayuda a su amigo Arizona, que lo lleva a un prado lleno de niñas, pero las cosas no salen exactamente como habían planeado…