«Érase una vez un hombre que tenía tanta prisa
que hubiera querido no necesitar ningún tiempo para nada…
Érase una vez un pájaro tan voraz que no aguantaba ver
que los otros pájaros tuviesen algo que picotear…
Érase una vez un cerdo que siempre se enfadaba
cuando la gente le llamaba “cerdo”. Prefería llamarse Rosa.
Por eso ya no se manchaba nunca…»
Un ratón rodeado de exquisitos manjares y que, indeciso
ante la abundancia, se queda sin probar ninguno; dos toros presumidos que aburren a las vacas; un hombre con tanta prisa
que ya no sabe ni a dónde va… y así hasta “28 historias para reírse”.