Aill es el nombre de una pequeña aldea irlandesa en la que viven unos curiosos vecinos. Brian Mcneill es el mejor ejemplo; tiene doce años y el pelo cortado a cazo. Y Asperger. El Asperger es un trastorno del espectro autista. En total en Aill son cincuenta habitantes. Puede parecer que en un sitio así nunca pasa nada? Sin embargo, justo al pie de sus preciosos acantilados, en la playa, fue donde Brian Mcneill encontró durante uno de sus paseos diarios el cadáver de la señora Reilly, una ecologista convencida. Y así comenzó la aventura de Plásticus. Plásticus, por cierto, es la mayor empresa multinacional en la producción de plástico industrial y hace un par de años abrieron una fábrica a cinco kilómetros de este pacífico pueblo. Precisamente, la difunta señora Reilly había denunciado a la fábrica porque su planta depuradora no funcionaba y vertía todos los desechos al mar. ¡HUMOR A RAUDALES E INTRIGA EN ESTE MISTERIO DE TINTES ECOLOGISTAS!