De mayor, Amelia quiere ser inventora. Para divertirse, desmonta muñecas, desarma cajitas, construye mecanismos. Lástima que en su nuevo colegio nadie comparta sus aficiones. Sus compañeros la consideran extraña y la dan de lado. No es agradable sentirse solo, sobre todo ahora que se acerca la Navidad
Pero si Amelia no consigue encontrar un amigo, ¡siempre puede construir uno! Así que, en clase, en el laboratorio de creatividad, inventa un ROBOT.
Se llama FLOPPY y es un poco particular: en lugar de obedecer las órdenes, organiza un lío tras otro. Pero le encanta la música, dispara galletas y tiene un arma secreta contra los abusones.