Había una vez un leñador que vivía cerca de un gran bosque con su esposa y dos hijos habidos de la primera esposa, que había muerto. Los cuatro eran muy pobres y no tenían para comer. «¡Lleva los niños al bosque y abandónalos!» sugirió una noche la madrastra a su marido. «¡Se alimentarán de arándanos y así nosotros tendremos suficiente pan para los dos!»