Las democracias representativas tienen problemas como ponen de relieve la creciente apatía, indiferencia y desafección de los ciudadanos. Felizmente no se cuestiona la democracia; pero sí su funcionamiento. Es en este clima como se ha renovado el interés, académico y político, por las formas de democracia directa. Es lógico que se vuelva la mirada a Atenas pues, al fin y al cabo, ésta fue la primera y más perfeccionada democracia directa.
El presente trabajo analiza el largo y accidentado camino que recorrió la democracia ateniense desde la democracia radical del siglo V a.C a la democracia equilibrada del siglo IV a.C. Los atenienses, sin teorías que alumbraran el camino, sin el apoyo de experiencias comparadas, a base de prueba y error, terminaron por inventar la demokratía, anclar la soberanía popular en el imperio de la ley y lograr así un siglo de estabilidad institucional y desarrollo. La mirada hacia Atenas, con su pasión por la igualdad, su ciudadanía comprometida y una soberanía popular anclada en la ley, arroja una luz más diáfana sobre los problemas y desafíos a los que se enfrentan hoy las democracias representativas.