Esta obra describe los cambios dramáticos en el control del crimen y la justicia criminal que se han producido en Gran Bretaña y Estados Unidos en los últimos 25 años. El autor explica estos cambios mostrando cómo la organización social de la modernidad tardía ha provocado una serie de reajustes políticos y culturales que modificaron la manera de pensar y reaccionar de los gobiernos y los ciudadanos con respecto al crimen.
David Garland, uno de los especialistas más distinguidos en sociología del crimen, presenta un análisis original y a fondo del control de la criminalidad que revela la lógica y el tipo de racionalidad que lo guía. Las actitudes sociales y sensibilidades culturales que han producido esta nueva cultura del control renuncian en medida creciente a la reinserción a favor de la exclusión permanente de una clase de nuevos «parias» relegada a los circuitos de industrias carceleras y de la reincidencia periódica.
La cultura del control muestra de manera impresionante hasta qué punto la criminalidad es el fiel espejo, aunque invertido, de las prácticas sociales en un mundo patológicamente consumista y laboralmente precario.