La oruga ya no es impaciente y ya no es… ¡oruga!
Ahora es una mariposa pero es… ¡insegura!
Pero, por suerte, se encuentra en su camino a una
ballena muy sabia que le ayudará a confiar en sí
misma. Aunque el viento esté en contra y aunque
su destino parezca imposible, nuestra
protagonista aprenderá y…
¡nos hará reír de nuevo!