Este libro aborda un tema fundamental para entender la configuración de las monarquías en los extensos imperios ibéricos entre los siglos XVI y XVIII: la distancia y su gestión. Más allá de la separación, meramente física, entre los habitantes de los territorios europeos y los de ultramar, esta distancia se revela plural; es social, cultural, política e incluso temporal. Los mecanismos promovidos por los actores imperiales para asentar su dominio sobre aquellos vastos territorios, cómo percibieron y concibieron estas distancias; cómo las experimentaron y cómo gobernaron para vencerlas son cuestiones analizadas en esta obra desde la visión de destacados especialistas europeos e iberoamericanos.