Este león tan atípico no solo no huye de los cazadores, sino que los devora y -para defenderse- aprende a disparar con sus rifles. De tanto practicar, llega a convertirse en campeón de tiro. Un día, el dueño de un circo le promete hacerle famoso y refinado si trabaja para él. Le traslada entonces a la ciudad, le pone el nombre de Leocadio, le lleva al peluquero y al sastre, le hace viajar por todas partes firmando autógrafos?
Con el tiempo, Leocadio comienza a experimentar las contradicciones de la sociedad moderna: aprende modales, acude a restaurantes, hace ejercicio, practica patinaje, toca la guitarra… Pero ni la fama ni el dinero parecen darle la felicidad. Así, Leocadio cuestiona su identidad: ¿de comportarse como un león, a actuar como un ser humano?