Esta obra pretende ofrecer una visión profunda sobre los sucesos de Casas Viejas, ocurridos el 11 de enero de 1933 en la aldea gaditana y que tan ligados están al tradicional problema agrario. A consecuencia de los acontecimientos murieron veintiocho personas; la polémica generada tuvo tal repercusión que influyó en el devenir de la Segunda República.
Para explicar el levantamiento campesino, el autor parte de los antecedentes, expone los hechos y ahonda más allá de las consecuencias inmediatas. Logra de esta manera construir un relato que trasciende la historia de Benalup – Casas Viejas y ayuda a entender buena parte de los problemas de España desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX.
Salustiano Gutiérrez escribe desde una perspectiva local y se vale de numerosas fuentes documentales para desarrollar un enfoque historiográfico propio, al que añade una serie de fotografías que constituyen un amplio recorrido iconográfico por estos sucesos. Se apoya también en la abundante bibliografía existente sobre ellos y, en su afán por continuar la labor que Jerome Mintz inició con «Los anarquistas de Casas Viejas», recupera numerosos testimonios inéditos que el antropólogo americano recopiló de los testigos.
Muy significativa es la visión que este estudio aporta de las víctimas y sus familias; son más de cien las semblanzas que rinden memoria a quienes fueron los verdaderos protagonistas de esta tragedia, relegados por lo general a un injusto segundo plano.
Este ensayo reúne todos los requisitos para convertirse en un libro de referencia a partir del cual conocer este episodio en toda su dimensión. El título resume la tesis central que sostiene el autor: los sucesos de Casas Viejas son la crónica de una derrota que se perpetuó en el tiempo.
Demuestra, como todo buen libro de historia que se precie, que en el pasado está la clave de nuestro presente.