No todo el mundo puede blandir a Domivat, la espada legendaria forjada con el fuego de un dragón. Sin embargo, Jack es capaz de eso y mucho más. Ha empezado a notar incapacidades sobrehumanas y eso le preocupa, porque no sabe quién es.
Kirtash se resiste a cumplir la misión encomendada por su padre: dentro de él también se están produciendo cambios que, aunque intente negarlos, son irreversibles. Y en medio de este torbellino de emociones, Victoria no entiende por qué es tan importante para tanta gente, pero sobre todo sabe que no puede renunciar ni a Jack… ni a Kirtash.