Desde su origen en EEUU, la novela y el cine negro documentaron la crónica más sombría de los acontecimientos sociales, económicos y políticos acaecidos en el mundo. A partir de la II Guerra Mundial, escritores y directores europeos, especialmente en Francia, Gran Bretaña, Italia y España, acogieron con entusiasmo su fuerza expresiva creando sus propias expresiones artísticas de denuncia. A pesar de los cambios históricos, el género sigue vigente, conservando su esencia y adaptando las convenciones propias al devenir. La revitalización, tanto en la narrativa como en el cine de 1990-2010, muestra su capacidad para trascender ámbitos geográficos, históricos e ideológicos.