Yosuke, un adolescente a punto de entrar en la universidad, se propone cumplir con un viejo, matutino y rutinario ritual que toda su familia y sus ancestros llevan realizando durante generaciones.
Su familia fue depositaria hace muchos años de un huevo de sirena y durante un período de sesenta años su cuidador, un miembro de la familia de Yosuke, debería cambiar el agua cada siete días y al finalizar ese período de tiempo mencionado lo devolvería al mar, a la sirena que les otorgó su cuidado. A cambio, el pequeño pueblo de Amite, gozaría de un mar en calma y buena pesca.