Y Rolando y Chip están en medio de la oscuridad. Una tiniebla absoluta, como tener los ojos cerrados, como dormir sin sueños, durante un minuto que dura un siglo. Después, poco a poco, descubren que la oscuridad es como el miedo: es negra solo si la miras desde fuera, pero si entras en ella, entonces los ojos se acostumbran, empiezas a distinguir algo, y la verdadera oscuridad ya no existe más. «Fabio Genovesi te hace sonreír, llorar y acaba por ensancharte el corazón». CORRIERE DELLA SERA