Santi no podía ni imaginar las aventuras que le iban a suceder la noche en que dejó el diente que se le había caído bajo la almohada de su cama. Ese día no lograba conciliar el sueño pensando en si vendría o no el ratoncito Pérez a buscar el diente, por eso cuando oyó un ruido en su habitación en vez de asustarse corrió a averiguar qué lo había producido. Y cuál fue su sorpresa cuando descubrió a un pequeño ratón vestido de negro y encapuchado intentando trepar hasta su cama…