Siempre ha existido el debate sobre si es posible vivir la fe a través de la vida cofrade, o simplemente es un juego estético. En este libro, Pérez Franco demuestra que ser cofrade no está reñido con la vida espiritual religiosa. Es más, que incluso puede ser el camino, sin que ello suponga renunciar a las más hermosas y genuinas formas de expresión de nuestra religiosidad a través de las hermandades y cofradías. Unas formas que, a lo largo de los siglos, han hecho de nuestras cofradías lo que hoy son.
Este libro es, en definitiva, un tributo de amor a las hermandades y cofradías. Gracias a ellas, con sus luces y sus sombras, hoy, igual que ayer, sigue resonando en las calles el nombre de Jesucristo y el de Santa María. Y muchos siguen buscando en ellas una forma de encontrarse con Dios y con los misterios fundamentales de nuestra fe.
«Un cofrade consciente debe cultivar la amistad, la intimidad con Jesucristo en la oración serena de cada día»
+ Juan José Asenjo Pelegrina Arzobispo emérito de Sevilla