En un árbol había siete casas y en cada casa, una bruja. Pero siempre estaban discutiendo las unas con las otras. Un día, a la Bruja Tontuna se le antojó un huevo frito, pero tenía un tremendo problema… no sabía cocinarlo. ¿Alguien puede afirmar que el orgullo y la soberbia aportan algún beneficio? Un cuento donde la amistad y la comunicación son valores universales, ¡incluso en un mundo de brujas!