Cocodrilo y Jirafa se enamoraron, construyeron una casa para los
dos y emprendieron una vida en común, que lamentablemente se
topó con la incomprensión de sus respectivos semejantes. Sendas
visitas al Barrio Cocodrilero y al Barrio Jirafero les dejaron una
desagradable impresión de como los demás valoraban su relación.
Esta peculiar y entrañable pareja padecía las miradas, las burlas y
los cuchicheos de sus convecinos, grandes y pequeños.